Compartir con tus hijos un cuento antes de dormir,
es una experiencia realmente maravillosa, en la cual se crea una conexión entre
madre e hijos que no se presenta en ningún otro momento del día; es un tiempo
que se toman juntos para relajarse, expresarse y vivir una historia mágica
desde muy pequeños.
Cuando los niños leen, saben cómo escribir,
aprenden gramática sin darse cuenta y amplían su vocabulario; así que no hay
mejor forma de fomentarles el arte de leer que mediante cuentos, porque se
convierte en un momento fascinante de diversión, interacción, creatividad y
gran aprendizaje. Entonces se están educando sin darse cuenta, sin stress ni
presiones.
Si están muy pequeños y aún no leen:
- Tú
puedes leerles el cuento e interactuar con ellos mediante las ilustraciones.
- En este periodo le escoges el cuento, pero con
el tiempo los niños escogerán el que más les guste.
- Seguramente
te pedirá el mismo día tras día; esto es genial porque terminan aprendiéndolo de memoria.
Si están más grandes y ya
saben leer:
- Déjalos
escoger libremente cual cuento quieren leer y la parte especial que les gusta.
- Si
siempre escoge el mismo, motívalo a leer otro, sin presionarlo, con la excusa
de conocer historias diferentes.
- Llévalos
a librerías y regálales el libro que más les guste.
Es
importante tomar en consideración que habrá días de mucho cansancio por la
rutina diaria del colegio y posiblemente no quieran leer; en este momento
desata tu imaginación e inventa un cuento; no leyeron, pero compartiste con tu
hijo ese mismo instante fantástico lleno de historias.
A medida
que pasan los años, los niños adquieren el hábito de la lectura antes de
dormir, ellos mismos tomarán su cuento y tú estarás allí para compartirlo; irán
cambiando de gustos, quizá no serán cuentos, sino libros sobre animales, planetas
o el cuerpo humano; lo importante en todo caso, es seguir sembrando la
semillita de lo intelectual; definitivamente obtendrás excelentes resultados.